Bárbara Molina lleva cuatro años encerrada en un zulo. Fuera, solo unos pocos, aunque duden, se niegan a darla por muerta: su devastada familia, su mejor amiga, a pesar de que discutieran antes de la desaparición, o el inspector Salvador Lozano, que se jubila el día en el que transcurre la acción y que tiene en ese caso una espina clavada. Desfilan por el libro una serie de sospechosos; los principales son Martín Borrás, un joven triunfador y egocéntrico con el que ella mantenía una relación, y Jesús López, un profesor demasiado "cercano" a sus alumnas, y en concreto a Bárbara.La narración avanza siguiendo a cuatro personajes: Bárbara (en primera persona) y el inspector, la amiga y la madre (en tercera), con numerosos saltos atrás en el tiempo para ir conociendo más a los personajes y "sus circunstancias". La ausencia de rayas a la hora de separar los diálogos y la inserción de los mismos en la propia narración, a lo Saramago, apenas se nota, no entorpece ni confunde en ningún momento de la lectura, lo cual es mérito de Maite Carranza.
Otro de los puntos fuertes es la intriga. La trama te lleva a sospechar de casi todos, según el momento. La autora va sacando a la luz los hechos con habilidad, jugando con el lector.
Pero lo que considero más destacable de la novela es la creación de los personajes. Son fieramente humanos, verosímiles, los acabas conociendo íntimamente. A Bárbara, a sus padres, a su amiga Eva... Lo del inspector que se jubila me pareció al principio ya visto/leído muchas veces, pero a medida que avanzaba el libro, el personaje se va desprendiendo de ese corsé que podía haberle inmovilizado y acaba ocupando un espacio fundamental. Quizá los más estereotipados sean Martín y Javier, los principales sospechosos, con unos marcados perfiles de maltratador y abusador respectivamente, pero es algo necesario para la intriga.
Un libro tan duro como recomendable, que fue merecedor del Premio Edebé 2010 y del que (lo que voy a decir es de una osadía que quizá no debería tener) me gustaría volver a hablar en octubre.























