Entre tantas novelas históricas sobre la Guerra Civil y la posguerra como suelen publicarse, se agradece que de vez en cuando alguien se atreva a bucear en un pasado anterior, rescatando nuestra historia para las nuevas generaciones, con un relato ágil y ameno, pero sin perder rigurosidad. El robo de la perla se ambienta en la España de Felipe II, y su protagonista es Brianda, una menina al servicio de una de las infantas, que vive en el palacio real. Cuando desaparecen algunas de las joyas de la corona, y Carlos de Guzmán, hermano de Brianda, es acusado del robo y encarcelado, la menina iniciará una larga y apasionante investigación para descubrir la verdad. En un mundo donde conviven pícaros y espadachines, enanos y meninas, monjas y encapuchados, Brianda tendrá que pactar con personajes ambiguos, ocultar su identidad y romper todas las normas establecidas para las de su clase. Es, en resumen, una novela de aventuras y de intrigas palaciegas, con personajes entrañables que son muy actuales a pesar de que en ningún momento parecen estar fuera de contexto. Lo mismo sucede con el lenguaje y con la forma de hablar: utilizan expresiones y giros de la época, sin que por ello el texto resulte farragoso y pesado. Al contrario, la narración fluye muy bien y el libro se lee casi sin darte cuenta. Como todas las buenas novelas históricas, ésta tiene la cualidad de sumergirte en la época en la que se desarrolla la acción haciendo que olvides los siglos que nos separan de ella.
Además de este libro, recomiendo de esta misma autora sus libros "de romanos", también interesantes y apasionantes al mismo tiempo: Guárdate de los idus, Una aguja envenenada y La oscura luz del Tíber. Novela histórica juvenil de calidad. Y nacional.
Además de este libro, recomiendo de esta misma autora sus libros "de romanos", también interesantes y apasionantes al mismo tiempo: Guárdate de los idus, Una aguja envenenada y La oscura luz del Tíber. Novela histórica juvenil de calidad. Y nacional.