Hay un fenómeno que me preocupa. Quizá no sea un fenómeno nuevo y lleve desde el comienzo de la historia. Pero no por ello hay que dejar de ponerlo de manifiesto e intentar cambiarlo. Ha habido costumbres que han perdurado durante siglos hasta que se abolieron o simplemente se abandonaron. Por tanto, no hay que perder la esperanza.
El problema al que me refiero es el que podría conocerse como trincherismo. Afecta principalmente a la política, al deporte y al mundo del cotilleo (fomentado por un periodismo del espectáculo muy mal entendido), pero también tiene su reflejo en otros aspectos de la vida. En general todo suele empezar con una opinión que en casi todos los casos es respetable y puede estar cargada de razón. A esa opinión se une gente que la comparte con coherencia y mesura y gente que salta a la trinchera, principalmente porque está deseando guerrear o porque vive la defensa de esa opinión (o de ese equipo o político o famosete) como algo personal. Ya hay un enemigo, ya sabemos hacia dónde dirigir nuestra ira, nuestros insultos, vejaciones, burlas, etc. En muchas ocasiones se actúa de una forma que hasta entra en contradicción con lo que se está defendiendo. Pero cuando estás en la trinchera, tienes que atacar al enemigo y, para eso, todo vale.
No he leído el libro 75 consejos para sobrevivir en el colegio, de María Frisa, que piden que se retire en change.org (ella se explica aquí) y por tanto no soy tan osado como para opinar sobre él. Diez frases sueltas y unos pantallazos no definen un libro. Pero si leyese el libro y me pareciese malo o con ideas tóxicas, lo manifestaría con respeto y lo desaconsejaría a mi gente o a mis lectores, pero no pediría su retirada ni la lapidación de la autora. Y una opinión (repito, opinión) al respecto de los motivos que se aducen en la petición: el machismo y el bullying sí me parecen aberrantes, pero la incitación a la desobediencia, no.
En resumen, que esto no es una defensa ni un ataque al libro de María Frisa, y mucho menos a ella como escritora ni como persona. Es una pequeña reflexión a raíz de la polémica surgida. Si os sirve en algún momento para pensar «voy a opinar, pero sin entrar en la trinchera», bienvenida sea.