
El libro está lleno de historias contadas de forma muy sutil, con pinceladas delicadas y sugerentes. La vida de la madre del protagonista, la historia de amor con Adeline... No sé si es significativo o si carece de importancia, pero a mi modo de ver, el hecho de que no se nombre la famosa "oreja de Van Gogh" indica el terreno que quiere pisar el autor.
El pintor del sombrero de malvas nos adentra en lo más íntimo de la mente de Vincent Van Gogh, en sus cuadros y obsesiones, nos permite acompañarlo, llevarle los utensilios... Y además, está narrado con un talento enorme.
Suenta apetitoso. Gracias. (Hace unos años estuve en Amsterdam, y allí viví mi más intensa experiencia museística hasta la fecha. Suena friki, pero es que el Museo Van Gogh me dejó alucinada; también fue un viaje al interior de una persona, como comentas del libro.)
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