Ana María Matute abre los Cursos de Verano de la Complutense con una conferencia sobre literatura infantil

En la web de los cursos nos cuentan la inauguración oficial de la vigésimo primera edición de los cursos de verano de El Escorial de la Universidad Complutense, que ha tenido lugar en el aula magna del Real Centro Universitario María Cristina:

"Empapados de una niña escritora

Vamos a situar a aquellos que no acudieron a la jornada inaugural de los Cursos de Verano de la Universidad de la Complutense. No nos encontramos en el Aula Magna del María Cristina ni estamos escuchando las amables palabras institucionales. Ana María Matute nos ha dejado en su habitual bosque medieval, allí donde vio un macho cabrío de ojos amarillos que se le presentó como el mismo diablo o donde prosigue la búsqueda de la palabra que dé sentido a su «mágica» vida.

A pesar de haber conocido antes el odio que el amor, de haberle puesto rostro a la muerte a través de un hombre de la Guerra Civil que, agonizante, agarraba un mendrugo de pan con chocolate, que nunca se comería, de no haber transitado muchas veces por «caminos de rosa», la autora de Olvidado rey Gudú propone a todos los presentes una mirada al niño que llevamos dentro y caemos en la trampa. Unas cándidas palabras de Ana María Matute que inciden en la infancia, una etapa «que existe durante toda la vida no como otras episodios que desaparecen, se esfuman, se olvidan».

Personajes como el Trasgo del Sur que terminan por desaparecer se confunden con alumnos y ponentes que configuran ese bosque de ideas y sensaciones en unos Cursos que exigen, según su director, Juan Ferrera, tres premisas: ganas de aprender, espíritu crítico y respeto a las opiniones de los demás.

En esos senderos literarios, Matute no duda en calificarse como «pazguata», aunque nunca ingenua: «Me han intentado vender cosas y otras veces me han robado, pero lo que nunca me han robado es la inocencia».
Sin lugar a dudas, resulta fantástico, tal y como expresó el rector de la Complutense, Carlos Berzosa, tocar a la autora catalana, la que consideran muchos como la musa de los Cursos.

«He hecho lo que he podido», termina con una sonrisa impaciente la niña escritora cuando el bosque comienza a abrirse y nos invade una realidad que esconde en sus entrañas «duendes que siguen existiendo con otros nombres y caras»."