Un puntazo de libro.
Dispuesto a atajar de raíz el fracaso escolar, el gobierno promulga el “Decreto del vintidós”, sí, vintidós. Cada clase tiene que tener veintidós alumnos, y los que sobren, irán a institutos remanentes. Esta es la historia del Instituto Remanente de Enseñanzas Medias Nº1, rebautizado como Capitán Trueno.
Cada instituto decide a quienes descartar, por lo que aparentemente se junta allí lo peor de cada casa. Sin embargo, un grupo de supuestos fracasados (frikis, raros, inadaptados, delincuentes, algún cerebrito, molestos en general...) se negará a asumir esa condición y encontrará la manera de revindicarse y poner patas arriba el nuevo sistema establecido.
Un libro que vuelve a demostrar que Fernando Lalana (junto con su sempiterno compañero Almárcegui, quien en esta ocasión se implicó en el proyecto más de lo habitual) sigue siendo un cachondo. Unos personajes de los que no puedes más que encariñarte. En fin, una lectura que en ningún momento se deja de disfrutar.
Me encanta
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