18 noviembre 2013

Los Premios de LIJ no son como otros

Don Limpio
En principio, esto iba a ser una contestación al tema anterior, pero como se me ha alargado tanto y como creo que es un tema controvertido, he decidido crear un tema nuevo:

La verdad es que estoy un poco cansado de defender la limpieza de la mayoría de premios de LIJ, pero haré un esfuerzo más. Desde luego, yo no pongo la mano en el fuego por todas las ediciones de todos los premios, pero sí conozco muchos casos concretos (no de "me cuentan que alguien me ha contado...") en los que no ha habido ningún tipo de tongo. Si nos centramos en los Premios de Everest, que son en los últimos en los que ha surgido este tema recurrente, puedo dar fe directa de dos ediciones (indirecta, de muchos más, pero es para ser riguroso):

- Hace muchos años, cuando había primer y segundo premio, yo gané el segundo premio presentándome de manera absolutamente anónima. Gané ese segundo premio y me lo publicaron, y además entonces no tenía ningún libro publicado.

- Y mucho más reciente, en la edición anterior. Conozco a alguien que se presentó, con su plica correspondiente, que estuvo entre los finalistas (no diré si ganó o no) y al que un amigo suyo, miembro del jurado, no votó, entre otras cosas porque no tenía ni idea de quién era cada original ni el autor se había dedicado a difundirlo.

Por otra parte, tampoco se puede hacer gran cosa si alguien no quiere creer que los que ganan concursos, también "no ganan" concursos. Laura Gallego, Alfredo Gómez Cerdá, Jordi Sierra i Fabra, Fernando Lalana... y un sinfín de primeras espadas que podría pensarse que hacen una llamada y ya tienen un concurso ganado, se han presentado a premios y no los han ganado.

Ya digo que no pongo la mano en el fuego por todas las ediciones de todos los premios. Seguro que hay escritores que llaman a su editor para decirle que se han presentado (algo que me parece lamentable) o que hay editores que leen un libro y le dicen al escritor que se presente con él al premio de la editorial (igual de lamentable), pero la mayoría de concursos que conozco de literatura infantil y juvenil son serios y limpios.

No hay más que mirar la lista para darse cuenta de que en muchos casos es muy improbable que haya habido amaño, pues se trataba de gente que, en el momento de recibir el premio, no había publicado nada antes o que no era tan conocida como para justificar un tongo: Catalina González Villar, Laura Gallego, Marta Zafrilla, David Lozano, Miguel Ángel Moleón Viana, Verónica Murguía, Jesús Díez de Palma, David Fernández Sifres, Mónica Rodríguez, Lydia Carreras, Francisco Díaz Valladares, Carmen Pacheco, Manuel López Gallego, Edna López, Marta Gené Camps, Daniel Blanco, Víctor Manuel Almazán Aguado, Francisco de Paula Pérez de la Parte...

Cuando no te dan un premio puedes optar por buscar la culpa fuera y pensar que es imposible ganar cualquier premio, o sentirte espoleado para escribir más y mejor y no dejar de intentarlo una, dos, cinco o veinte veces más. Tú decides.

Un par de artículos de Elsa Aguiar (editora de SM) sobre este tema:
¿Es tan raro que los escritores profesionales ganen premios?
La insoportable injusticia de que premien a otros


9 comentarios:

  1. Precisamente hace unos días hablaba del tema en mi blog. Yo no conozco este mundo tan bien como tú, pero también creo que hay concursos limpios, más que nada porque los ganadores son autores noveles o desconocidos y no creo que la editorial gane más con ellos que con una Laura Gallego o un Sierra i Fabra.

    Un abrazo.

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  2. Ya digo, y no me canso de repetirlo, que no pongo la mano en el fuego por todas las ediciones de todos los premios. Pero ateniéndonos a los que nombras, Rusta, cuando Laura Gallego ganó su primer Barco de Vapor, no la conocía nadie, literariamente hablando. ¿Qué pasó ese día, que ninguno de los consagrados se pidió el premio? Y Jordi ha confesado haberse presentado 10 veces al Barco de Vapor hasta que lo ganó. ¿Se lo pidieron otros antes que él?

    Entiendo, porque yo lo he podido sentir en algún momento, el recelo de la gente, la frustración de no ganar, la comparación instantánea con otros premios "mayores", pero creo que es injusto y poco objetivo.

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  3. Francisco Daniel Medina19 noviembre, 2013 17:48

    Mucho más fácil defender la limpieza de los premios y a los amigos que denunciar las injusticias y defender a los que no tienen voz. No os culpo.

    http://www.youtube.com/watch?v=bACnnBqfckI&noredirect=1

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  4. En ese vídeo no encuentro ninguna contradicción con lo que yo he dicho, que los premios de LIJ no son como otros. Hablo en general, claro, no me canso de repetir que no puedo hablar de todas las ediciones de todos los premios de LIJ. Pero no voy a acusar a alguien que ha hecho las cosas bien de haberlas hecho mal. Siento ser así de raro.

    Cuando he visto algo extraño, lo he dicho. Por ejemplo: http://lij-jg.blogspot.com.es/2007/04/por-el-camino-de-ulectra-de-martn.html

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  5. Me gustaría contar mi experiencia con los premios (de LIJ), los que me dieron y en los que participé como jurado porque creo que debería conocerse la limpieza y profesionalidad con que se llevan a cabo.
    En mi honestidad como persona no cabe el enviar un texto a un premio y desvelar mi anonimato, como no cabe en los editores que conozco y que participan en los premios, ya sea én la selección previa o en el jurado final. Jamás, uno solo de ellos me pidió que desvelara mi identidad en caso de participar, mostrándose siempre cautos y discretos para evitar la posibilidad de hacer algo que cuestione la honradez del premio. Sé con certeza que en todos estos casos la plica se abrió una vez tomada la resolución y la sorpresa al descubrir a los autores que escondían los sobres.

    Mi participación como jurado en los premios Ala Delta y Ciudad de Málaga me ha permitido ser testigo, además de la limpieza del premio, de la profesionalidad y de la dedicación con que los miembros del jurado se habían leído los textos finalistas. Cómo desbrozaban sus partes, las analizaban y ahondaban en cada uno de los detalles de los originales. Con qué conocimiento hablaban de la calidad literaria, la trama, el estilo, la edad a la que se dirigían... Sinceramente para quitarse el sombrero.
    Como Jorge, yo no puedo poner la mano en el fuego por lo que no he visto, pero la pongo -y las dos- por lo que sí he visto. Tal vez sean de los pocos lugares donde aún no se hacen trampas, por eso pido que no lo ensuciemos y animo a todos a que participen. Los premios de LIJ son una de las mejores formas para poder llegar a las editoriales ( a veces, sin necesidad de ganar,el texto es finalista, gusta y lo publican) y ver nuestros originales convertidos en libros, que es, al fin y al cabo, el sueño de todos los escritores.
    Y ahora que me crea quien quiera. En eso yo no puedo hacer nada.
    Saludos:

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  6. Francisco Daniel Medina21 noviembre, 2013 17:56

    Gracia, Mónica y Jorge, por vuestras respectivas aclaraciones. Sinceramente, creo que me excedí en mis comentarios anteriores, posiblemente llevado de la mano de la frustración que me produce saber que, en no pocas ocasiones, la justas literarias no son precisamente justas. Si en este caso me precipité y me equivoqué pido disculpas. Enhorabuena por tu primer puesto, Mónica, y enhorabuena también a ti Jorge por responder educadamente a lectores díscolos como yo. Como dice el refrán, rectificar es de sabios. Leeré el libro ganador cuando se publique y volveré por aquí para dejar algún comentario, casi con total seguridad constructivo.

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  7. Yo creo que, como en todas partes, "quien tiene padrino se bautiza". Me encanta usar algún refrán. Eso sí, es necesaria la calidad, que va por delante del mecenazgo. Después viene el conozco a Y, me llamó X. No podemos ser tan inocentes. Quede de todas formas defendida por mi parte la justicia de los concursos LIJ, al menos muchos. Sin embargo, no neguemos los pequeños empujoncitos de esta profesión, al igual que en todas. Algunos autores se aproximan a una determinada editorial, no tanto como en otros países, pero se los considera de la casa y de ahí el trato de favor, también justo y necesario para la editorial y el autor.

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  8. Gracias, Francisco, por tu franqueza y por rectificar que es de sabios, como dices, y algo muy difícil de hacer y que es muy poco frecuente, la verdad. Espero que el texto no te defraude.

    Julio César, es posible que tengas razón, pero vuelvo a hablarte de mi experiencia, que es de lo único de lo que puedo hablar y que no es en absoluto esa. Después de haber ganado algunos premios y editado en algunas editoriales ya conozco a varios editores a los que envío directamente mis originales (los que no envío a premios o los que ya envié y no han ganado, claro). A pesar de todo, me siguen rechazando textos como cuando estaba empezando en esto. No es exactamente así porque ahora escribo mejor que hace diez años, pero sí que me siguen rechazando. A veces un texto rechazado en una editorial, lo aceptan en otra y, por tanto, entiendo que la calidad de la obra era al menos aceptable. Es difícil encontrar "autores de la casa", porque todos editamos en distintas editoriales (donde podemos) como tú bien sabes, aunque es posible que existan casos y casos. Yo hablo de lo que conozco.
    Saludos:

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  9. Vaya por delante lo que dije anteriormente. Sin calidad, no hay nada que hacer y ya puedes ser amigo de quien sea. Nadie se casa con un autor, lo sabemos, pero que nadie se desanime y la emprenda a patadas con todo el sistema; una vez que llegas es más fácil, sí. Ese es el sistema.
    Me ha gustado, Mónica, tu afirmación: escribo mejor que hace diez años. A eso debemos aspirar todos, estemos en el nivel que sea. La verdad es que si no nos gustara esto, no habría quien lo hiciera. Saludos, Mónica.

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