Laura Gallego a David Lozano
¿Crees que últimamente hay una mayor tendencia hacia contenidos más oscuros, violentos y siniestros en literatura juvenil?
El joven es, por naturaleza, soñador y aventurero. Quizá por eso la fantasía sigue reinando entre sus preferencias como lector y desde luego se trata de un terreno que admite a la perfección ingredientes oscuros, violentos. De hecho, la fantasía siempre ha contado con episodios bélicos y tétricas manifestaciones del Mal. Sin embargo –y a pesar de la inclinación hacia lo sentimental que impone un mayoritario perfil lector femenino en la LIJ–, es cierto que en los últimos tiempos asistimos a historias donde la violencia y los elementos siniestros han ganado protagonismo. En ese sentido, “Los Juegos del Hambre” resulta paradigmático al atreverse a romper el tabú de la violencia extrema entre niños y adolescentes.
Tradicionalmente, la pretensión educativa de la “literatura juvenil” habría llevado a una cierta censura y autocensura respecto a este tipo de contenidos. En la actualidad, tal vez por un proceso lógico de acercamiento a la literatura de adultos –con el consiguiente y saludable distanciamiento respecto a la infantil–, esa cautela se desdibuja permitiendo que se publiquen títulos que no hace mucho habrían provocado reacciones de rechazo. ¿Dónde está el límite?David Lozano a Begoña Oro
El joven lee como vive, a la caza de emociones fuertes. Y el miedo, la angustia, son –como el amor– sensaciones que responden bien a esa necesidad imperiosa de experimentar con intensidad. Por otro lado, la muerte y el peligro son consustanciales a la idea de aventura. No hay aventura sin riesgo, y no hay mayor riesgo que el de la propia vida. El lector joven está hoy acostumbrado –tanto en cine como en literatura– a ritmos narrativos frenéticos, a escenografías inquietantes, a la sucesión de acontecimientos extremos donde todo está en juego a cada minuto. Nada arrastra más que la pasión y la lucha por la supervivencia, el perfecto caldo de cultivo para historias donde la presencia de la sangre está garantizada. En estas circunstancias, casi surge la duda sobre quién será capaz de llegar más lejos en la concepción de nuevas aventuras.
Fotografía de Oliver Duch. Fuente: davidlozano.net
De todos modos, no hay que asustarse. Al mismo tiempo conviven otro tipo de narraciones más “delicadas” –para muestra, la colección “Nube de tinta”– que también gozan de buena acogida, prueba de que son muchas las inquietudes que mueven al joven a escoger en cada momento sus lecturas. Lo esencial es que los grandes lanzamientos no sepulten esas otras novedades que, fuera de los temas de moda, aportan mucho al panorama literario actual. Hay buenas historias para todos los gustos, solo se necesita que el lector joven mantenga viva su curiosidad.
¿Es imprescindible el ingrediente sentimental en la literatura juvenil?
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