27 julio 2016

Disparemos a María Frisa


Hay un fenómeno que me preocupa. Quizá no sea un fenómeno nuevo y lleve desde el comienzo de la historia. Pero no por ello hay que dejar de ponerlo de manifiesto e intentar cambiarlo. Ha habido costumbres que han perdurado durante siglos hasta que se abolieron o simplemente se abandonaron. Por tanto, no hay que perder la esperanza.

El problema al que me refiero es el que podría conocerse como trincherismo. Afecta principalmente a la política, al deporte y al mundo del cotilleo (fomentado por un periodismo del espectáculo muy mal entendido), pero también tiene su reflejo en otros aspectos de la vida. En general todo suele empezar con una opinión que en casi todos los casos es respetable y puede estar cargada de razón. A esa opinión se une gente que la comparte con coherencia y mesura y gente que salta a la trinchera, principalmente porque está deseando guerrear o porque vive la defensa de esa opinión (o de ese equipo o político o famosete) como algo personal. Ya hay un enemigo, ya sabemos hacia dónde dirigir nuestra ira, nuestros insultos, vejaciones, burlas, etc. En muchas ocasiones se actúa de una forma que hasta entra en contradicción con lo que se está defendiendo. Pero cuando estás en la trinchera, tienes que atacar al enemigo y, para eso, todo vale.

No he leído el libro 75 consejos para sobrevivir en el colegio, de María Frisa, que piden que se retire en change.org (ella se explica aquí) y por tanto no soy tan osado como para opinar sobre él. Diez frases sueltas y unos pantallazos no definen un libro. Pero si leyese el libro y me pareciese malo o con ideas tóxicas, lo manifestaría con respeto y lo desaconsejaría a mi gente o a mis lectores, pero no pediría su retirada ni la lapidación de la autora. Y una opinión (repito, opinión) al respecto de los motivos que se aducen en la petición: el machismo y el bullying sí me parecen aberrantes, pero la incitación a la desobediencia, no.

En resumen, que esto no es una defensa ni un ataque al libro de María Frisa, y mucho menos a ella como escritora ni como persona. Es una pequeña reflexión a raíz de la polémica surgida. Si os sirve en algún momento para pensar «voy a opinar, pero sin entrar en la trinchera», bienvenida sea.

17 comentarios:

  1. Hola buenas, bueno comentar que mas alla de lo que me parezca el libro, o lo poco que se de el, no es motivo que justifique el hecho de insultar ni tratar mal a una persona. Precisamente en eso consiste el mundo y la vida, y es qeu todos tenemos opiniones distintas.
    Por otro lado, he intentado abrir un debate con su autora, pero no contesta mis mensajes y agradecería si alguien supiera decirme algun otro modo de poder comunicarme con María, excluyendo a Facebook, se lo agradecería. Como bien le he comentado a través del chat, me gustaría comentar los diferentes puntos de vista que se pueden sacar a traves de la lectura del libro, o de algunas paginas en concreto, porque hay muchas cosas que mi razonamiento no entiende.
    Saludos y muchas gracias

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    1. ¿¿?? ¿Publicar otro fragmento? Lee el libro y decide por ti mismo si hay ironía. Si en tu vida tomas decisiones/posturas en función de fragmentos de información, mal vas.

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  3. Pablo, precisamente me gustaría pensar que María no tiene nada de lo que defenderse si nadie la ataca. Solo quiero comprender el razonamiento gracias al cual ella llegó a escribir esto. Gracias

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  4. Opino como tú, es exagerada la reacción que ha procado, puede ser porque se ha interpretado que era un manual escrito por una experta contra el bullying, tampoco lo he leído, pero defiendo a la autora por su derecho a no admitir censura a su creatividad

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  5. Bueno Maite, si por creatividad te refieres a insertar frases y consejos discriminadores, no estoy muy de acuerdo contigo. Estoy de acuerdo en no faltar al respeto a nadie y que todos merecemos un trato justo. No obstante, si yo fuera madre alejaría a mis hijos de este tipo de lecturas, porque vale: alomejor algunos niños entenderan que el ironia (que no lo entiendo ni yo), pero muchos otros no lo entenderan y se quedaran con la parte que más les marque. Lo digo por experiencia, porque de niña tambien leía libros así y aunqeu su autor crea que no son manuales de autoayuda, mucha parte de los lectores si lo creen.

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  6. Totalmente de acuerdo con tu post Jorge. Las redes sociales parecen la nueva inquisición.

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  7. Por qué los defensores del libro "75 consejos..." obviais que se trata de literatura infantil? Y los que no lo obvian, se atrevan a asegurar, con toda su ignorancia, que con 9 años se pillan todos los sarcasmos. Por supuesto... los niños!! los precursores del sarcasmo!!!

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  8. Me llamo Alena Collar.
    Yo sí he leído el libro.
    El libro es un diario que está narrado como si fuera una cría que va al colegio. Y cuenta lo que esa cría hace, piensa, y cómo se defiende - sí, se defiende- de ese mundo de los Sacrosantos Mayores que, muy a menudo son unos PLASTAS. ¿O es que ya se nos ha olvidado cómo odiabamos en el colegio al profe pelma?...y claro que habla de mentir, y de que odia a s amiga porque es más mona que ella, caramba, ni que hubiéramos sido todos/as unas almas de la caridad, santitos que iban al cole y éramos requetebuenos, y nunca, nunca jamás, por diox santo, hicimos nada malo. No, éramos unos seres melífluos, bonitísimos, lo más puro que ha parido madre.

    El libro es muy divertido. Los críos se van a ver genial reflejados; y lo único que lamento es vivir en una sociedad meapilas- sin perdón- que no entiende nada y que sin duda recomendaría el manual católico de Ripalda como lectura edificante.
    Los niños no viven un mundo "edificante", y la autora refleja eso; cómo son, lo que piensan, y lo que hacen. Y cómo se defienden: con una ironía que los críos va a entender de sobra: porque los niños/as no son idiotas: ya quisieran los Mayores que fueran idiotas...

    Por esa regla de tres del sentido edificante habría que prohibir el Lazarillo de Tormes vaya a ser que robemos a los ciegos, prohibir en los coles el Quijote porque su prota está zumbao, y corremos peligro de que el niño se escape a buscar aventuras, prohibir los libros de Ende porque sus protas se escapan de casa...

    Y así viva la inquisición.
    Ole.

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    1. Una cosa es estar zumbado y otra promover maltrato o bullying.... A pesar de ser ironía y sarcasmo hay líneas que no deben cruzarse!

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  9. "Si en tu vida tomas decisiones/posturas en función de fragmentos de información, mal vas".
    Entonces, a la próxima persona que critique al Gobierno, le vamos a pedir que se haya leído el BOE de todos los días de la legislatura.

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    1. La reducción al absurdo sólo funciona si se tiene talento literario... Las repercusiones que tienen las decisiones del Gobierno se sufren en carnes propias.

      Con este libro, por el contrario, se está asumiendo que generará un mayor índice de machistas y bullying sin ningún tipo de criterio o dato que lo avale. Lo que es más grave, sin haberlo leído porque «¿Para qué voy a leerlo si ya he leído fragmentos?». Te garantizo que los libros de Canción de Hielo y Fuego tienen fragmentos que, descontextualizados, pondrían los pelos de punta.

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  10. Estoy muy de acuerdo contigo, Jorge. Quizá si leyera el libro no me gustaría, como me ha pasado con otros muchos de literatura juvenil, que es lo que más leo porque me dedico a promover la lectura entre mis alumnos. Muchos libros me parecen horribles, y algunos creo que promueven valores, o contravalores, que no me gustan. Pero nunca pediría que se retirara un libro por este motivo.

    Creo que de fondo está una sociedad en la que muchos padres piensan que todo lo que se publica para niños es bueno, y se asombran de que haya un libro que diga cosas que ellos no suscriben. Y es que, claro, leerse los libros que leen nuestros hijos es demasiado para nosotros.

    Besos.

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  11. El problema no es lo que diga el libro, sino si es adecuado para niños a partir de 9 años. La libertad de expresión es un valor fundamental, pero también hay que vigilar los conceptos que se transmiten y si las personas que los reciben (niños a partir de 9 años) están formados y tienen el criterio para saber lo que esta bien y lo que es aceptable socialmente. Precisamente el Bullying desaparecería o se minimizaría, si el entorno afeara esas conductas. Este libro las hace parecer graciosas y va en sentido contrario a luchar contra él. Defiende un egoísmo personal que es muy humano pero, seguro que sin querer, fomenta o justifica comportamientos tolerantes con el bullying.
    Retirar un libro, tal como esta actualmente, no es lo mismo que prohibirlo. Queriendo hacerse gracioso o "colegilla" se fomentan valores muy discutibles. Los niños no son tontos pero tampoco, todos a estas edades, tienen claros los conceptos sociales.

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  12. Tengo varias cosas que decir, así que trataré de hacerlo de forma ordenada y clara. En primer lugar, Jorge, estoy de acuerdo contigo en que hoy en día se salta a la trinchera con demasiada facilidad, lo que ha provocado que las supuestas libertades de las que gozamos quienes tenemos la suerte de vivir en el “primer mundo” y en supuesta “democracia” no sean tales, ya que hay una constante censura que sobrevuela todos nuestros actos y manifestaciones y, lo peor, es que se trata de una censura encubierta, beligerante, y poliédrica (los ataques vienen de todas partes, tanto si dices “blanco” como si dices “negro”, tanto si piensas A como si piensas B), lo cual hace muy difícil la convivencia y, en mi modesta opinión, ha creado un estado de encrespamiento continuo que es espantoso.

    Respecto al libro de María Frisa, yo sí lo he leído. Lo he leído porque mi sobrina de entonces 9 años me lo pidió por su cumpleaños cuando se publicó ya que, según ella, todas sus amigas lo tenían. Como yo doy mucha importancia a lo que leen mis peques, al igual que se la doy a lo que comen y no conocía el libro lo leí para saber si era adecuado. Mi decisión fue NO REGALÁRSELO. No sólo porque me pareció inapropiado para su edad y, en mi opinión, hacía pasar por buenas determinadas conductas de acoso y, lo que es peor, de sometimiento a dictados machistas de la sociedad contra los que yo intento luchar activamente porque me parecen una lacra terrible, ya digo, no solo por eso, sino porque, además, me pareció que literariamente hablando, era muy pobre. El libro, en resumen, me pareció una porquería hecha directamente para vender ejemplares basándose en un catálogo de tópicos (de dudoso valor educativo) que podríamos catalogar bajo el epígrafe de “lo que mola”. En cuanto a la supuesta ironía de la obra… en fin, es posible que esa fuera la intención de la autora, pero tanto la ironía como el sarcasmo son muy difíciles de lograr ya que se basan en la sutileza y no todo el mundo es capaz de escribir manejando esos registros.

    Dicho esto, jamás se me pasó por la cabeza pedir la retirada del libro, al igual que nunca se me pasaría pedir la de “50 sombras de Grey” o de tantos otros libros-basura que hay por el mundo y que me parecen igual de dañinos o incluso más, aunque sus públicos objetivo sean otros. Flaco servicio nos haríamos a nosotros mismos si instituyésemos de nuevo la censura. Para algo gozamos de raciocinio y de libre albedrío. Yo no compré el libro de Frisa y lo desaconsejé cuando me pidieron opinión al respecto: estaba en mi derecho y mi libertad de hacerlo. Pero cualquier otra medida me parecería intolerable. Además, quienes se meten en la trinchera parecen ignorar que con ese comportamiento de ataque frontal lo único que consiguen es dar al libro atacado una publicidad gratuita impresionante, incluso consiguiendo reactivar las ventas de una obra que, como en el caso de “75 consejos…” a estas alturas (se publicó hace unos cuatro años, si no recuerdo mal) ya debía de haber perdido todo el impulso de la novedad.

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  13. Por último quisiera señalar que todos los comentarios que he leído bajo este post tienen un tono más o menos moderado y respetuoso (menos, quizá, quienes publican como “Anónimo”, pero ya sabemos lo audaces que se vuelven las personas cuando llevan una máscara que les tapa la identidad). No quiero ser yo quien rompa esa buena dinámica, pero no puedo dejar de responder a Alena Collar a quien parece ser que le ha gustado mucho el libro. A tenor de su comentario se deduce que, para ella, los que no somos incapaces de ver la divertidísima ironía de la obra en cuestión somos unos “meapilas” (“viva la inquisición”). No tengo más remedio que disentir. Insisto, he leído mucho, muchísimo y trabajo desde hace muchos años en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, por lo que sé identificar un buen libro cuando lo leo. Que la obra de María Frisa no me parezca literariamente buena y que la considere inapropiada para una determinada edad (que precisamente es la edad-objetivo de esa publicación), no me convierte en meapilas ni inquisidora, simplemente soy una persona a la que le gustaría que las niñas dejasen de crecer pensando que tener novio es el principal objetivo de la vida, que el acoso escolar no sólo es normal sino hasta “guay” y que los “chicos” tienen derecho a controlar a las “chicas”, a exigirles que estén monas y a ponerse celosos si ellas hablan con otros amigos. No, Alena, eso no es ser meapilas. Al igual que intento que mis peques coman sano, también me gusta que “lean sano” y hay muchos libros con un gran sentido del humor que no se ponen pesados con eso de transmitir valores, que son simplemente divertidos y que al mismo tiempo son “saludables”, porque están bien escritos y porque no intoxican sus pequeñas mentes en proceso de formación con estereotipos que deberíamos empezar a desterrar.

    Dicho esto, deseo mucha suerte a María Frisa a quien, no obstante, estoy segura de que todo este jaleo terminará beneficiando, al menos en el balance de ventas.

    Jorge, sigo siendo una fan absoluta de tu blog. Ojalá hubiera más gente capaz de reflexionar sin saltar directamente a la trinchera.

    PD: Perdón por haberme extendido tanto.

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    1. Enhorabuena, Gema, magnífica reflexión, no puedo estar más de acuerdo.
      Un saludo.

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