Marcos, un joven español que acaba de cumplir los dieciocho (y que ya había aparecido en el libro Un loto en la nieve), emprende un viaje a Tuva con un propósito concreto y a la vez incierto: conocer si realmente allí doman a los caballos con música, como un amigo de su padre había escuchado en la radio. En el viaje, de veintiocho días, encontrará mucho más que eso. A medida que va conociendo a tuvanos, se va transformando en uno de ellos. Entretanto, se entrelazan una muy sutil historia de amor y amistad profundos, varias aventuras, enseñanzas de chamanes...
Al leerlo tenía la sensación de que podía ser perfectamente una novela de fantasía, aunque todo sea verosímil. No sólo por los nombres de personajes (Aydemir, Aneyhaak, Saskia, Kuular, Kezik -¿quién será este?-, Lomax...) o lugares (Kyzyl, los aal...), o porque tenga lugar en un lugar tan remoto como cualquier mundo imaginario, sino porque lo que rodea a esas tribus nómadas, que se tienen que mover según las estaciones, está lleno de magia. La naturaleza, los caballos, la música... Hay cosas que sé que son reales pero que para un urbanita como yo parecen legendarias.
Un interesante y sereno viaje de Gonzalo Moure, de Marcos y del lector.
Hace unos meses ya me fijé en este libro porque escuché a Gonzalo en la radio (ver tema). Yo ya he cerrado mi círculo.
Una pequeña curiosidad: hacia el final del libro hay un concierto, ¿de qué grupo? Efectivamente, Yat-Khá, del que originó todo. Su cantante hizo un comentario en Radio 3 que desencadenó el viaje que terminó con este libro... ¿Qué sería del mundo sin las casualidades, sin la música del azar?
Yo lo leí hace un par de meses y me enamoró. La manera de narrar que tiene Gonzalo es única, con tanta subordinación y pensamientos narrados.
ResponderEliminarYo lo tengo pendiente, a ver si lo leo pronto.
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