21 mayo 2015

Gracias, Anna Todd, por la crítica de Iria G. Parente

Alguna de las múltiples pifias mentales de la protagonista
Tengo que dar las gracias a la escritora de la saga After, porque si no hubiese escrito esos libros, no habría leído una de las críticas (no literarias) más exhaustivas y justificadas de los últimos tiempos, que es la que ha hecho Iria G. Parente en el blog Creando entre dos: After, un amor más bien finito. Me había llegado el tema por numerosos sitios y al final he tenido un rato para leerlo entero.

No os la podéis perder.

Solo quería contribuir con mi blog a que creciese un poquito más la gran onda expansiva que ha tenido (la Oro, la Úriz, Maiko...) y que llegue sobre todo a los jóvenes. Porque hay libros que son más que libros (otros, menos) y porque hay opiniones que son más que opiniones, y esta reseña es un curso completo de salud mental y sexual, un traductor manipulación-amor, amor-manipulación, y un buen meneo para mentes sumisas y autoestimas bajas.

2 comentarios:

  1. Lo he leído gracias a ti (el libro no, las críticas) y estoy totalmente de acuerdo con lo que dicen. Hace unos meses leí la primera parte del libro, porque se lo vi a muchas de mis alumnas y soy profe de literatura. Me horrorizó lo mismo que a la autora del artículo. Y no por su calidad literaria precisamente, ni por el sexo. Leo pasajes de contenido sexual o erótico con mis alumnos en clase y no me preocupa ni lo más mínimo, pero este libro es totalmente contraproducente para los jóvenes que aún no tienen del todo formada su personalidad. EScribí algo sobre esto aquí: http://prooofeee.blogspot.com.es/2015/03/after.html

    Saludos.

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  2. Supe de este libro hace poco. No lo he leído ni tengo intención, pero aprecio enormemente esta reflexión y esta crítica. Me ha puesto los pelos de punta. No he visto el video entero porque me estaba poniendo mala. Completamente de acuerdo con las apreciaciones. Es muy peligroso todo esto. Hay algo en parte de los libros y del cine para jóvenes que va por esta línea. Acuérdense de la versión de Blancanieves protagonizada por Kisrten Stewart (Crepúsculo, otra vez): Blancanieves no se despierta con el beso del culto y refinado príncipe, sino con el beso del machote y bruto leñador. Me quedé espantada cuando la vi. El otro día, al comentarlo en un instituto, en una charla, una chica me dijo que eso quería decir que las "mujeres ya no necesitamos ningún príncipe". Esa es la lectura fácil, superficial. Lo que hay debajo es muy diferente. Y en mi humilde opinión, muy preocupante. Gracias, Jorge, Iria, por esta espléndida radiografía y análisis. Abrazos.

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